Desde su creación en 1990, el Santuario El Cañi se ha elegido como un ejemplo de conservación privada en Chile. Fundado como una respuesta a la amenaza de adquisición por parte de una empresa forestal, el santuario ha sido un esfuerzo comunitario liderado por Martin Quartermaine, Katherine Bragg, Nicole Mintz y vecinos de la zona. Su visión y dedicación han asegurado la protección de la rica flora y fauna del lugar por más de tres décadas.
De esta manera, su historia comenzó con un grupo de visionarios que recolectaron fondos internacionales para adquirir y proteger el área. Este esfuerzo inicial no solo salvó un valioso ecosistema, sino que también sentó las bases para una comunidad dedicada a la conservación. Hoy en día, el santuario es gestionado por Manuel Venegas, Roberto Sanhueza y Andrés Painel, quienes continúan la labor de sus predecesores recibiendo a cientos de visitantes que buscan conectarse con la naturaleza.
Capacitación y Formación para la Conservación
Uno de los pilares de este paraíso del sur de Chile ubicado en la localidad de Pichares en la comuna de Pucón, ha sido la capacitación de los jóvenes locales en conservación, viverismo, senderismo y educación ambiental. Los esfuerzos de los fundadores han dado sus frutos, logrando que sus antiguos alumnos crearan el grupo de Guías Cañe, que son los encargados actuales de administrar la iniciativa y orientar a los visitantes, asegurando que la misión de protección y preservación se mantenga viva.
El santuario también se ha convertido en un centro de investigación, colaborando con diversos centros académicos para estudiar los procesos ecológicos de los bosques templados lluviosos andinos. La riqueza biológica del área ha permitido a científicos y guías profundizar su conocimiento sobre los fenómenos naturales que se desarrollan en el destino.
Ecoturismo Ambiental y Experiencial
Así, el Cañi no solo se dedica a la conservación, sino que también busca abrirse a la comunidad y al mundo a través del ecoturismo experiencial. Con un aforo diario de 100 personas, el santuario recibe visitantes de todo el mundo, desde Asia hasta Europa. Esta apertura permite que personas de diversos orígenes experimenten las maravillas naturales de Pucón y aprendan sobre su importancia ecológica.
De esta manera, el impacto de El Cañi va más allá de la protección del medio ambiente. La constante educación ambiental y la investigación científica que se realiza en el lugar han contribuido a un mejor entendimiento de los procesos ecológicos y a la formación de una comunidad comprometida con la conservación, convirtiéndose así en un polo natural para la localidad y un faro de esperanza para la conservación en nuestro país.
*Mas información y valores en www.santuariocani.cl
